viernes, 24 de septiembre de 2010

Y si no el sistema.. ¿Qué?

¿Y si un día dejo el anonimato de lado y te cuento como me llamo, te digo mi edad y hasta subo una foto mía? ¿Qué? ¿Se pierde la fantasía? ¿El chiste, la gracia? (Algunos inclusive, ya saben todo esto)
Tal vez ya no te mojarías más leyéndome. Tal vez te mojarías más. Ya sería una cuestión de gustos en ese caso.
¿Un mocoso de veinte ó un viejo verde de cincuenta?
Tal vez el fin, tal vez el comienzo.

¿Qué pensas vos?
[ Si estás leyendo esto, a mí me gustaría que comentes, por favor, seas quien seas. Gracias ]



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miércoles, 22 de septiembre de 2010

Toma la ruta, será diferente.

Me gusta verte manejar. A veces nos detenemos en el semáforo a besarnos mientras vamos en el auto. El problema de esa situación llega cuando el beso se extiende, eleva su temperatura y las bocinas de nuestra piel se empiezan a hacer notar.

Hoy conducís vos. Tu beso junto a tu lengua, hicieron de mi cuerpo una olla haciendo ebullición. Te pregunto si te parece dejarme así cada vez que nos besamos y te haces la desinteresada, me mirás de reojo y cómplice te reís.

Es de noche y la avenida nos regala onda verde, te miro y no me mirás, estás concentrada. La música suena, las ventanas están cerradas. Mi bragueta lentamente es desabrochada. Segundos más tarde, manejas, y yo delante tuyo, me pajeo mirándote.

Me notas pero no querés mirar, tenés miedo. Tenes miedo que mi pija tiesa te haga parar, te haga desviar tu atención. Pero ese no es mi problema. Me pajeo mirándote la boca, me pajeo mirando tus ojos que se llenan de duda e indecisión. Me pajeo y miro tus manos, las deseo. Casualmente hace unos días me contaste como te calienta que te observe. Y lo hago detenidamente.

El camino no se detiene y finalmente me miras a los ojos. Te miro y sostenes la mirada el mínimo instante posible, bajas la vista y tus ojos se llenan de la imagen de mi mano frenética tocándome. Un leve gemido escapa a tu boca pero tus ojos vuelven al camino. Dos cuadras adelante, doblas. Frenas el auto inmediatamente a un costado.

"Sos un hijo de puta." Eso fue todo lo que atinaste a decir antes de abalanzarte sobre mi pija que no veía la hora de recibirte.

Tu ritmo siempre fue algo que me llamo la atención. Sos una perra en celo. Siento como mi pija late en tu boca y vos no respiras. La devoras con tanta voracidad que siento que ningún volcán podría resistir tu erupción. Me agarras los huevos y los chupas de tanto en cuanto. Recostada de costado sobre mi asiento es que me tenes aprisionado.

Te sostengo el pelo y a pesar de estar en tu auto, te manejo como quiero. Sos a quien me gusta domar, sabiendo tu necesidad de ser domada. Gemís con la pija en la boca y gimo con vos. Me sentís temblar y acelerás el viaje, tan solo para sentir toda mi leche tibia chocar contra tu paladar.

A veces pienso que no me tocas para saciar mi sed, sino solo para regocijarte en mi orgasmo, en mi leche en tu boca.
Mi necesidad es tu necesidad.

Por ahí dicen que el viajar es un placer que nos suele suceder.
Brindo por eso.



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