miércoles, 27 de mayo de 2009

Blogueame, te blogueo, ¿Me blogueás?

Si comienzo a escribir con mayor frecuencia cosas que no tengan mucho que ver con sexo, como lo hice un par de veces acá y allá. ¿La gente me seguirá leyendo? Realmente es muy poco importante esa pregunta. Más importante sería pensar: ¿Para qué nos hacemos un blog? ¿Cual es la razón de ser del mismo? Digo ¿No? Porque si me voy a poner a escribir nada mas aquello sobre lo que la mayoria quiere leer...

Creo que una gran parte miente al responder esa pregunta. ¿Y vos? ¿Para qué te hiciste un blog? "Para descargar mis ideas", bueno, el Word es muy bueno para escribir, ni hablar de la hoja de papel y el lapiz. Habrá que buscar más profundo aún para encontrar la respuesta a esa pregunta.

Hay razones de todos los colores y todas valederas por igual. Desde hacerse un blog sexual para que alguien se moje y se toque al leerte, hasta gente que lo hace para insertarse en otra red social, como es blogger en este caso. Algunos me imagino que lo hacen para conocer gente, leer opiniones ó hasta discutir sobre sus problemas y los de los demas.

Bueno, seguiré divagando con mis ideas en la servilleta de algún bar, mejor. Por cierto, estos días otoñalmente soleados, me generan terribles ganas de pasar horas y horas sentado en algún bar, recibiendo los rayos del sol en mi cara charlando sobre el cantar de los pájaros, el susurrar de los árboles y el soplido del viento.

Solo necesito alguna persona que prefiera hacer eso antes de estar blogueando y leyéndome por la pantallita.



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jueves, 21 de mayo de 2009

Ayer pasé por tu casa...

Lo cierto es que los días pasan. La semana pasa, y yo sigo esperando el día. Ese día en el mientras paso por tu casa como suelo hacer, se me ocurra tocarte el timbre. Quiero que me abras la puerta y me esperes como lo haces siempre, con esa tanguita y esa silueta llena de curvas perfectas que tenes.

Espero que al pasar me hagas entrar directamente en la cocina, y ahí, como ya lo has hecho en incontadas ocaciones, te pongas contra la mesada, ofreciéndome ese culo hermoso que tenes, esperando que te lo levante levemente, para meterte la pija en la concha sin siquiera besarte. Pero no quiero.

Lo primero que voy a hacer es arrodillarme a tus pies y meterme entre tus piernas. Voy a juguetear con mi lengua en la puerta de tu sexo. Si, eso quiero. Voy a apoyar la punta de mi "lengua dura" como le decís vos, en tu clítoris y de ahí voy a ir subiendo lentamente hasta llegar al agujero de tu culo y recién ahí te voy a coger, primero con la lengua, obvio; para luego pararme y agarrarte las tetas desde atrás y meterte la pija en tu culo todo mojado y dilatado, y asi quiero que acabes gimiéndome en el oido como tanto me gusta.

Mmmh ¿Estarás en tu casa esta tarde?



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miércoles, 20 de mayo de 2009

Sentar a la cabeza.

A veces realmente me pregunto por qué aquello que hoy en día más nos rodea, es sino, la queja. No solo uno va por la calle y la gente comenta que caro está esto, que clima de mierda, o que hijo de puta el del otro día, ¡Acabó en cinco minutos! Sino que uno (O yo por lo menos) anda en internet una buena porción del tiempo de su día, lee acá, lee allá. Y acá y allá lo que más leo hoy en día son quejas.
Lo admitiré, ¿Por qué no? Leo cosas más femeninas que masculinas, no es noticia. Así que solo podré hablar un poco sobre ellas más que sobre nosotros.

De más está decir que es algo para dar lugar al debate y no a la crítica, respeto por sobre todas las cosas el derecho a expresarse de cada uno. Como dicen por ahí, "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero daría mi vida por tu derecho a decirlo".

Luego de algunas charlas y encuestas colgadas en la blogosfera, llegué a mi propia conclusión. Los blogs que más venden no son ni los de sexo, ni los de política, ni mucho menos de música. Sino justamente aquellos que cuentan la vida más cotidiana de una persona: sus mambos, sus relaciones más intimas, sus amores y desamores y sobre todo, sus quejas para con este mundo.

Conozco unos pocos escritos por hombres, pero son por lo general algo asi como blog-novelas, y por lo general están escritas por hombres que se dedican a eso, ya sea periodismo, escritura, etc. (Ej: Hablalo con mi abogado, Todas mis ex, etc.).

En cambio, blogs de mujeres de esa índole conozco realmente unos cientos. Algunos más entretenidos que otros, algunos mejor escritos que otros. Los leo de vez en cuando, lo admito, si. Pero algo que no dejo de pensar es cuanta queja hay en ellos. Y no puedo dejar de pensar en lo que dijo un gran conocido, "Nacimos en este mundo en bolas, el resto vino de yapa".

Cada uno tendrá su opinion sobre el asunto y sobre valorar los aspectos de la vida que nos tocó vivir. ¿A qué quiero llegar? Simplemente a que abramos un poco más los ojos cuando salimos a la calle, cuando hablamos con la gente, a la hora de pensar en nuestras penas y miserias. No nos olvidemos de todo aquello que tenemos, que no nos falta y por sobre todas las cosas, aquello de lo que somos capaces.

Si, como dicen por ahi, "La vida es complicada" pero dejenme decirles por experiencia propia, podría ser peor. Nunca nos olvidemos de eso. Si hay cosas que no nos gustan, intentemos hacernos cargo de ellas y tomar las cosas por partida propia e intentar solucionarlo. Si algo nuestro no nos gusta y queremos cambiarlo, adelante. No hay más paja que la que tenemos con nuestros propios asuntos. Si tanto repudiamos tantas cosas de nuestra vida, hagamos algo al respecto. Tanto con esa amiga que es insoportable, el boludo que te histeriquea y que solo querés que te garche los viernes a la noche, cómo con lo que queremos hacer de nuestras propias vidas, nuestros futuros y nuestro entorno.

Y por sobre todas las cosas, nunca se olviden de que si no somos nosotros mismos los que tomamos el timón de nuestras vidas, nadie lo hará.

Ni hablar de aquellas quejas que competen a otras personas ¿No? La Intolerancia y la poca aceptación a la vida del que tenemos al lado, es un tema digno para discutir más adelante.



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martes, 19 de mayo de 2009

Cantata de puentes amarillos.




El profesor entra al aula.
Se dispone a comenzar con la clase
cuando un pájaro se posa sobre la ventana.
Comienza a cantar una dulce melodía
y la clase se detiene en silencio a escuchar.
Un rato después, cuando el cantar se detiene,
y el ave desaparece en el cielo,
el profesor anuncia:

"Chicos, eso fue todo por hoy."



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miércoles, 13 de mayo de 2009

Como adentro, afuera. Como afuera, adentro.

Es un día espantoso en la ciudad. Salís de tu casa. El "que te garúe fino" no podría representar mejor la situación. Esperás el transporte un rato largo y terminás por concluir que todos los colectivos que van a Belgrano realmente son inhabitables. No solo no paran, sino que una vez que lo hacen, suben unas siete personas por parada. No me preocupo por mi que esperé veinte minutos y finalmente vino uno al que me pude subir, sino por aquellos que en paradas siguientes a las mías, no les pararon y estuvieron esperándolo otro rato largo más.

Llegás tarde al trabajo, pero realmente es algo para obviar ya que abrís vos y nadie se entera si llegás a las mil y una horas, o si el colectivero terminó asesinando a todos los pasajeros incluyéndote porque la señora aún quería pagar el boleta chico de noventa centavos.

El día comienza a mejorar cuando abrís la heladera y encontrás ese pedazo de bizcochuelo con dulce de leche que el día anterior habías dejado porque los fideos a la bolognesa te habían dejado de cama.

Y para rematar esta mañana que comienza a mojar las hojas de otoño y darle a la ciudad ese aroma a baldosas húmedas que tanto amo, él termina por relajarme. Tiene las palabras justas para transportarme al cielo donde sea que esté. En Afganistán, en Belgrano, o en la oficina:


árbol hoja salto luz
aproximación
mueble lana gusto pie
té mar gas mirada.


No dejes que la rutina te consuma, o el peso del ser social te venza. No dejes que la vida sea parte de vos, sino vos parte de ella junto con todo lo que amás. La situación jamás podrá controlarte si sos vos quien controla tu vida y tu cabeza. Y finalmente, terminarás por entender que vos y yo solo somos uno. No hay más vida afuera de la que hay adentro.



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domingo, 10 de mayo de 2009

Un lugar perverso y aquel líbido porno.

Nos encontramos en la esquina de siempre. Esa esquina de Belgrano que ya se hizo tan común en nuestro repertorio. Pero esta vez el plan era distinto. Ya no nos esperaban medialunas y jugo de naranja, sino un momento nuevo para nosotros. Ella dijo que me quería llevar, que me quería enseñar. Yo la deje hacer y así, de la mano, entramos.

No era necesario siquiera prender las luces. Los rayos de la mañana de un verano que entrega sus últimos destellos se asomaban decorando la habitación de un suave tono color amanecer.

Mirábamos el lugar, lo recorríamos con la mirada. Un lugar agradable, todo dispuesto de la manera correcta. En nuestro camino nuestros ojos se encontraron. Nos detuvimos y un abismo allí se abrió. En solo un segundo la escena se destruyó por completo. Nos besamos. Y creo que fue eso lo que terminó con todo. Nuestros besos siempre fueron profundos, húmedos, con un alto contenido de líbido. Y así, nos arrancamos la ropa, los botones de mi camisa negra volaron y su corpiño terminó en tres partes distintas regados por toda la habitación.

Nuestros cuerpos quedaron desnudos, a excepción de sus tacos aguja negros. Sin dejar de mirarme a los ojos, palpó mi entrepierna por primera vez. Su segundo movimiento fue ponerse en cunclillas y metérsela en la boca. Desde arriba la fotografía era perfecta. Sosteniendo su lacio y sedoso pelo podía ver perfectamente como con una mano se metía la pija vigososamente en la boca y con la otra me acariciaba el agujero del culo deslizando unos dedos húmedos hacia adentro.

Sin lugar a dudas lo que más me calentaba era que se haya dejado los tacos. Días atrás yo se lo había dicho, le había pedido que cuando nos encontremos se deje esos zapatos de puta de película porno que tanto me gustan, y así lo hizo.

Se llevó la pija hasta el fondo de la garganta hasta atorarse y escupió esa mezcla de saliva y leche que tanto me calienta ver como le sale de la boca. Y así, se paró y me arrodilló ante sus pies. Me tomó bien fuerte del pelo y arrastró mi boca a su concha. Al instante de tocar sus labios con los míos, me llenó de ella. Como me fascinaba llenarme la boca de sus flujos, irresistible elixir letal. Sus gritos y gemidos transformaronse en orgasmos y sus orgasmos en energía animal.

Se dio vuelta y levantándome de la mano, me colocó detrás. Sin una palabra de por medio, tomó mi verga y se la colocó en la puerta de su culo que comenzaba a dilatarse. Se apoyó en el marco de la puerta que daba al baño y empujó lentamente su culo contra mi pija hasta sentirse completamente llena. "Cogeme el culo pero ni se te ocurra llenármelo de leche, hoy la quiero toda en otro lado, bebé", fue todo lo que necesité escuchar para entrar en frenesí y desarmar ese cuerpo que yacía enfrente mío. Mi lengua recorría toda su espalda y mis manos toda su vagina que no dejaba de derramar sus flujos sobre mi.

"Ahora sí, hijo de puta, cogeme bien y llename toda de leche." Y sin más, se puso en cuatro al borde de la cama. La altura daba perfecto. Me acerqué a su culo que me apuntaba, me agaché y recorrí con la lengua desde la punta de su clítoris subiendo por la curvatura de su pelvis hasta terminar chupándole todo el culo, dejándoselo bañado con mi saliva. Apoyé mi pija en la puerta de su sexo que no dejaba de latir y sin preámbulos la penetré. Tomó las sábanas con fuerzas y dió un gran suspiro al aire. Con mis manos sobre sus caderas comencé a cogerla con fuerza. Podía apreciar como ese tatuaje que me pertenece, se contraía al ritmo de nuestros cuerpos.

Puse su espalda contra mi pecho y sosteniendo suavemente sus hermosas tetas, comenzamos una penetración muy profunda. Mi pija hacia tope contra su concha que palpitaba muy húmeda. Mientras yo acababa, sentía como su cuerpo se estremecía en grandes contorciones. En su nuca, las marcas de mis dientes. En sus oídos, las palabras más sucias que alguna vez pronuncié. En su cuerpo, la tibia leche de mi sexo y finalmente, en el mio, la nueva experiencia de visitar un lugar, específicamente para coger como animales salvajes.

Quince minutos más tarde, yo entraba a mi oficina con nuevas vibras y ella se iba camino a la suya con sus tacos aguja negros. Eso si, bien acabada y llena de la energía de la leche en la mañana.


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domingo, 3 de mayo de 2009

Despertar (se) II





"Quienes somos, es siempre nuestra decisión."



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