martes, 27 de abril de 2010

Sin título.




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and watch the weather change



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lunes, 19 de abril de 2010

Estabas ahi para mí.

Me gusta cuando estás calienta y decidida. Te desabotonas el jean y te sentás en la computadora. Un par de segundos más tarde la pantalla te regala las palabras que buscabas. Me encontrás en mi estado más animal. Estás muy contenta de verme otra vez y tus ojos comienzan a brillar como sedada por la más fina droga.

Abrís las piernas y comenzás a leerme. La idea de indagar en cómo me cojo a otras se vuelve manjar en tus labios rosados. Empezás frotándote por sobre el pantalón. La textura del pantalón es muy dura y la ansiedad te gana. Te lo bajas hasta sacártelo y apoyar tus pies sobre él.

Ahora sí, la palma de tu mano sobre la tanga da el alerta a tus percepciones. Está latiendo y sentís que es el pie perfecto para empezar a pasar los dedos por sobre tu ya mojada entrepierna. Primero un poco de fricción y después como quien no quiere mucho la cosa, corres un poco la tela para mojarte bien los dedos.

Ya está, estás lista. La concha bien mojada, el clítoris bien hinchado y la mano empapada de tus propios jugos son los actores principales de tu obra. Te sacas la tanga y sin preámbulos, dos dedos tocan el fondo de tu sexo. El gemido corta el aire espeso de tu habitación en dos y luego callas.

Tus ojos van al ritmo de tus dedos. Una, dos, tres oraciones y arremetes en vos. Primero uno, después dos, y para el tercero o cuarto párrafo ya estás con tres dedos adentro. El ritmo jamás fue lento como tampoco tu lectura. Tu respiración es agitada, tu corazón galopa destellante, alimentando la adrenalina. Lees como el famélico devora sus migajas. Tenés sed de sexo y tus dedos son la evidencia de ello.

El pulgar acalla tu clítoris mientras el resto de tu mano te catapulta en dirección al paraíso del orgasmo. Te importa poco si el texto estaba bien escrito, si te gustó o no la poesía en él ó lo que fuere. Viniste a buscarme como lo hacés todas las noches y me encontraste.

Apagas la computadora y te recostás en tu cama, desnuda y acabada. Por unos segundos, te pones a pensar si algún día escribiré sobre vos y esos labios rosados que tanto sabes que me gustan. Finalmente la intriga te vence y antes de sucumbir al sueño, me envías un mensaje con tu deseo. En el medio de la noche leo tu mensaje de desesperación y solo puedo atinar a responderte: Tal vez mañana sea tu día de suerte.



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jueves, 15 de abril de 2010

Ya no soy mía, sino tuya III

Hoy me cansé de todo. De todos y de todas. Hoy la compasión es cero y no existe tu mundo si no el mío. Hoy soy yo y nadie más. Hoy no habrá besos ni caricias. Ni masajes ni cremas. Hoy no te la voy a chupar ni te voy a coger con la lengua. Hoy vas a hacer lo que yo te diga que hagas y te vas a callar la boca.
Hoy cuando entres a la habitación, te vas a arrodillar y yo parado enfrente tuyo, me voy a sacar los pantalones para apoyar mi pija en tu cara. Vas a agarrarla bien fuerte, como ansiosa, con esa actitud muy propia de las adictas a la pija como vos. Y así, carente de erección, te la vas a poner en la punta de los labios y la vas a empezar a chupar.
A medida que crezca, a medida que empiece a latir para terminar completamente dura en tu boca, recién ahí te voy a agarrar del pelo y te la voy a meter hasta hacer tope para que así, te atragantes como la puta que sos. Vas a escupirla y vas a seguir sin parar siquiera por un respiro. Voy a tirarte de los pelos para reclinar tu cabeza hacia atrás para así, poder ver como tus ojos quieren escaparse.
Arrodillada tal como estás, vas a mirarme desde el suelo y entre el comienzo de llanto que te producen las arcadas y el balbuceo, me vas a pedir casi susurrando que por favor te coja, que ya no aguantas más, que sentís como los flujos se escapan de tu cuerpo de lo caliente que estás. Te voy a mirar con cierto desprecio y con una cuota de lástima, voy a agarrarme la pija y me voy a pajear por unos segundos mientras miras y esperas mi respuesta, para finalmente, llenarte toda la cara de mí leche, espesa y dulce.

Hay días como los de hoy, donde la tolerancia y la paz se ven afectadas y las opciones escasean: o te haces a un lado, o te preparas para reprimir toda individualidad; porque hoy más que nunca, vas a ser mía y no tuya.



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miércoles, 7 de abril de 2010

Inundación.




Hay una inundación en mi boca, en mi canción,
que tu beso desató, cortó mi respiración.

Los cabellos de tu nuca, el olor de tu sexo,
la textura de tu lengua en mis pechos,
de todo me acuerdo...



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