martes, 22 de febrero de 2011

Exaltación, vorágine y necesidad.

Lo dije, lo digo y lo diré: la necesidad sexual de uno es directamente proporcional a la cantidad de sexo que uno tiene. Si el tiempo pasó, el agua pasó por debajo del puente por largo tiempo, uno se asienta, se estanca y la necesidad mengua; uno se olvida y se acostumbra a simplemente no hacerlo. Ahora, si la frecuencia de tener sexo es elevada, la necesidad se vuelve mucho mayor. Coges seguido, con fluidez, entonces de manera frecuente vas a tener las ganas, la energía, el entusiasmo y la necesidad de coger aún más. He dicho.

Cómo decía: ahora mis ganas de coger animalmente durante días enteros son elevadas, elevadísimas. ¿A alguien le sucede lo mismo? ¿Alguien en la misma situación?



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lunes, 21 de febrero de 2011

No podes decir que no te lo advertí.

¿Cómo se conocía la gente en un pasado lejano? ¿Cómo hace la gente que no quiere recurrir a esta red enorme infinita llamada “Internet”? Todo había de ser mucho más estático. Digo, si no vivías en una gran ciudad donde la población podía ser lo suficientemente grande como para que no te aburras, estabas condenado a la repetición en los rostros, al aburrimiento de los mismos sonidos. Hoy y hace unos quince años, Internet le abre la puerta a una nueva alternativa, ¿Verdad?

Bueno, no es nada nuevo esto que hablo, eso ya lo sé. Pero mi punto de comparación en realidad iba un poco más allá en este caso. Fijate, si antes ibas a un boliche y conocías a una persona ¿Qué pasaba? Ok, primero te entra por los ojos: “Que buena está esa mina” pensaba él. “Que fuerte está ese chabon” pensaba ella. Se conocían, se gustaban, de ultima se daban y ya. Después se volvían a ver y cuando él le preguntaba a ella qué música le gustaba, que cosas en la vida le generaban inspiración, que cosas le quitaban el aire, ella le decía que en sus tiempos libres ponía la radio y cantaba “Eres azúcar amargo” a todo lo que da y también le contaba con fervor como pasaba tardes juntando billetes de dos pesos para el juego de Julián Weich y tomando mate con la Pocha en la otra cuadra de ese barrio en Morón y cuando ella lo invita a él a su casa, él entra y ve colgado en su habitación todos los pósters de Chayanne, Ale Sans. Entonces nuestro protagonista agarraba y decía… “Ah… mira vos que lindo todo esto…” y por dentro se queda pensando que mejor se guarda su próxima pregunta. Que tal vez meterse en “Interpretaciones sobre letras de Luis Alberto Spinetta” no era un buen tópico de conversación.

Hoy en día encontrar, no te digo tu media naranja, pero tu cuartito de ciruelas, puede ser más fácil. Internet da lugar a todos los temas existentes en el mundo. Podes entrar a un foro sobre fanáticos de Sofovich, podes entrar a una página de adictos a las pasas de uva, realmente podes encontrarte con la gente con la que compartís gustos y todo lo que quieras. Podes evitarte el chasco de conocer a alguien y tener nulas similitudes. Hoy en día podes darte el lujo de filtrar el enfoque y poner el ojo donde más lo sientas.

¿A qué viene todo esto? Es una buena pregunta para hacer en este momento aunque no tengo la respuesta de todas maneras. Pero de lo que quería hablar era de un ejemplo: Si entraste una vez a mi blog y luego volves a entrar es porque te gustó, ¿No? Entonces ni hablar del caso de si me hablas, me escribís o en el mejor de los casos me mandas un mensaje, mail, lo que sea, voy a por lo menos darme una idea de que te tomas tú tiempo, que le dedicas un buen rato de tu día a pensar en sexo o las ganas de tenerlo. Imaginate que la mina escribe su blog de sexo. Ella habla de cómo se cansó de coger con su chongo #782, vos le mandas un mail, pegas la mejor onda con la mina. La invitas a tu casa, la mina suda lujuria. Te pregunta cual es tu habitación y al entrar se recuesta sobre la cama, te mira, te invita a acompañarla y ante sus ojos impresos de deseo, le preguntas si tiene ganas de conocer la habitación de tu hermanita. Ok, algo no está funcionando. ¿Qué quiero decir con esto? Que obviando este ejemplo, y en la mayoría de los casos, uno se hace una mínima idea de lo que puede esperar, dependiendo cual fue el filtro, según donde encontraste a esa persona.

Bueno, que sé yo. Solo tenía ganas de hablar de esto.



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