martes, 20 de octubre de 2009

Cediendo el control... remoto.

Sus pupilas dilatadas en lo tenue de esa luz. Sus ojos concentrados en ese punto donde todo convergía. Las manos apoyadas una de cada lado, abriendo, haciendo fuerza. Por último, su lengua preparada para dar la estocada final para que el show comience.

Escupió.

Lo único suave de esa noche sería ese momento de apertura. Milímetro a milímetro el goce se reflejó en su mirada. El resto no sería amable ó sutil. El resto estaría ligado a lo instintivo, a lo primitivo, a lo animal, la pasión más perversa. Ella siendo yo, y yo siendo ella. Tan solo por esa vez.

Grité.

Poseída por su propio morbo tomó el control. Me tomó del pelo y susurró en mi oído. No pude escuchar nada. La mezcla de dolor y placer me había invadido hasta los rincones de mí ser una vez más. No veía, no escuchaba, yo era suyo, le pertenecía.

Caímos.

Su ritmo acelerado era progresivo en violencia y condescendencia para sí misma. Fui su diversión, su objeto. Ella sabía que pocas veces en su vida iba a tenerme así. Entregado ciegamente a su deseo. Entregado a la vorágine. Entregado a lo profundo y oscuro de sus deseos.

Y giró…



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jueves, 1 de octubre de 2009

Placer oral desde el comienzo.

Realmente podes ser un gran besador; de esos que casi instantaneamente al sacar la lengua de la boca de tu compañera, ésta te hace saber lo bien que besas, lo mucho que le calientan tus besos, lo mojada que se puso de solo sentir lo acolchonado de tus labios. Te hace saber inclusive lo loca que se pone cuando siente tu lengua jugando en ella e inclusive no se priva de apretarte lo suficiente para que entiendas hasta donde la estás llevando con tu boca. Pero que nadie me venga a decir que si tu compañera no es una buena besadora, vos podés llevar las riendas del momento de todas maneras.

No hay más verdad que esa. Si besa mal, besa mal. Y se acabó todo.

No puedo explicar lo importante de este asunto en la vida sexual. Un beso calienta, un beso estremece, un beso revoluciona todo tu cuerpo. Un beso te para la pija, un beso te inunda. Un muy buen beso puede lograr que la persona menos pensada te genere ganas de arrancarle la ropa, sea cual sea el paradero de la parejita ahora en llamas.

Habría que ir probando y viendo que son las cosas a hacer. Los movimientos claves que gustan, revolucionan y cuales son aquellos que nos hacen pensar "¿Qué carajo estás haciendo, por favor?".

Cuando pregunté cuales de las chicas lectoras eran verduleras para hacer el test del ananá y la leche más dulce, todas se desentendieron. Asumo que acá todas se lavan las manos una vez más ¿No? Entonces a intercambiar lenguetazos y ayudar a los que aún buscan mover cielos y mares con unos besos. Les juro que todos salimos beneficiados.



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