lunes, 29 de diciembre de 2008

Sexo, Drogas y Rock & Roll

Tú sabes: Flores, mariposas.. colores basicamente. Todo empezaba a derretirse.

Hace un par de horas atrás todo era San Francisco y Flower Power. Robert Plant nos había hecho el amor unas cuantas veces y Santana se había encargado del resto de la fiesta: mar, arena, palmeras, sol, y todas esas cosas bien caribeñas que él bien sabe transmitir.

Pero luego solo éramos ella y yo, tirados en el medio de la habitación. La energía vital de los años 60 nos habia abandonado. Lo que sonaba en ese momento era exactamente lo que necesitabamos escuchar. The Mars Volta hacía de las suyas de nuevo: placer y psicodelia.

Pronto ella y yo nos hicimos uno con la música. Nos relajamos sobre la cama. Ella se recostó boca arriba encima mio y empezó a moverse, a fregarse sobre mi y mi miembro duro. La temperatura aumentaba, pero nada podíamos hacer allí. Nuestro amigo volvería pronto. Era momento de cambiar de lugar.

Entramos al baño. Nos arrancamos la ropa y en cuestión de segundos estabamos desnudos y matándonos a besos. Mis dedos en su vagina empapada y sus gemidos en mi oido. La subí a la mesada, sus piernas en mis hombros; las abrí y le chupé la concha como nunca antes lo había hecho. Mi lengua danzaba entre sus jugos que poco a poco invadían mi boca. Ella gritaba y tiraba todo lo que habia allí: cremas, botellas, todo. Se retorcía mientras le chupaba el clitoris con fuerza e intensidad. Me agarró del pelo, me trajo hasta su boca. Me besó. Sus flujos en nuestras bocas. "Cogeme" me susurró al oido.

Tuve que apenas pararme en la punta de mis pies, pero la medida era casi perfecta. Ella tirada sobre la mesada, apoyada en el espejo, con las piernas abiertas. No se la metí de una, sino que primero le fregué mi pija sobre sus labios hinchados. Le pasaba la punta toda colorada por su concha mojada. Ella respiraba fuerte y no pudo aguantar mucho. Se la metió hasta el fondo.

Un gemido en conjunto invadió el lugar. Lo hacíamos con ritmo. Yo debía hacer un esfuerzo para entrar y salir por la pequeña diferencia de altura, pero lo llevabamos muy bien. Nos mirabamos en el espejo y eso nos calentaba mucho. Nos mirábamos, nos mordíamos, nos besábamos, yo la cogía. "Sentate que me quiero subir yo" y me sentó en el inodoro.

Se montó en mi. Se movía con buen ritmo e intensidad, siempre bien profundo. Ella entraba y salía mientras yo le chupaba esas tetitas tan ricas que tiene. Pero no era suficiente. Nos paramos y la puse contra la pared. Quería cogerla desde atrás.

Su cara contra la pared y sus piernas bien abiertas. El panorama perfecto. Control y poder. La agarré de la cadera y empecé a cogerla. Ella gritaba y me pedía más. Rápido y furioso era la consigna para hacernos acabar juntos. Y así fué.

The Mars Volta aún sonaba de fondo, las paredes del baño aún se venían sobre nosotros. Desnudos y transpirados yacíamos en el piso. Una ducha rápida solucionó el problema. Pero el viaje apenas estaba comenzando..


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lunes, 22 de diciembre de 2008

Placer en cuotas II - El cantar de los masajes.

Y el sábado había concluido con un abrazo, un helado en nuestros estómagos y una sonrisa en nuestras caras. La relación había dado un gran paso adelante. Nuestras miradas habian sido reveladas al momento del encuentro, cómo así tambien nuestros cuerpos y nuestras voces.

La gran rueda del vicio había comenzado a girar. La droga no se vuelve adicción hasta el momento en que la pruebas. Compartir un momento, un espacio del tiempo, una situacion con ella, era todo lo que necesitaba para querer volver a su cuerpo, a desear entregar mi piel a su tiempo.

De la noche a la mañana me volví adicto a esos ojos acaramelados, a esa cabellera lacia y completamente negra. La idea parecía ser mutua. A los pocos días volvimos a vernos, nada habia cambiado. Se sucedieron más charlas y a cada momento ella parecía ser más bella ante mis ojos que una vez buscaron una exclusiva amistad.

La proxima escala fue mi casa. Me pasó a buscar por el laburo y fuimos a mi refugio. "Yo me instalo por acá" dijo. Se sacó las zapatillas y se puso cómoda en mi cama. Estuvimos un rato escuchando música, merendamos y así se consumió el rato juntos.

Justo antes de irse, se sentó en la computadora. Puso una canción de la lista. No sabía que había cavado su propia tumba. Pensé, "Cómo te equivocaste al poner justo ese..." Me paré detrás de ella y comenzé a cantarlo. Mis manos se posaron en su suave y silenciosa espalda. Los masajes parecían no molestarle. Mis manos se mezclaron con la música. Mi voz, con la presion en su espalda. Creí escucharla gemir, pero hice caso omiso, la canción había terminado.

Días más tarde ella me dirá:

"Te tengo que confesar algo. El otro día cuando fui a tu casa y me empezaste a hacer masajes y a cantarme al oido, no tenés idea como me calentaste."

¿Lo que de mi garganta salía? ¿Su propia tumba? Acá

La letra no podía ser menos.

Don’t be aroused
By my confession
Unless you don’t give a good goddamn about redemption
I know
Christ is coming
And so am I
You would too if the sexy devil caught your eye

She’ll suck you dry
Soon you’ll cry
To be back in her bosom
To do it again
She’ll make you weep
And moan and cry
To be back in her bosom
To do it again

Pray – shall I go blind?
Pray – cos nobody ever survives
Praying to stay in your arms
Just until I can die a little longer
Saviors and saints
Devils and demons alike
She’ll eat you alive

Tal vez ella tenga que remplazar el "she" por "he" y terminar cantando:

He'll make me cry
I'll sell my soul
To be back in his bosom
And gladly help
Please suck me dry
And still i'll cry
To be back in his bosom
Do it again


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viernes, 19 de diciembre de 2008

Placer en cuotas I - Sobre el cómo y el por qué.

Ella tenía novio. En aquel entonces cuando empezamos a hablar, era lo que menos me importaba realmente. Lo que más me llamaba la atención de su persona, era todas las cosas que teniamos en común. Teniamos los mismos placeres y una apreciación del arte en sí que me fascinaba. Yo leía su blog y ella leia el mio. Ella me hacia reir con sus textos, yo la hacía calentarse con los mios.

Ama la música tanto como yo. (La estudia de hecho) Y eso es algo que en una mujer me fascina y hasta me calienta. Comenzamos teniendo una relación tipica en el ciberespacio. Charlas van, charlas vienen y todo cada vez iba mejorando. Hacía unas semanas que habiamos empezado a chatear, y habia bastante fluidez y quimica. (si tal cosa puede existir a través de una pantalla, claramente) Y un día, luego de intercambiarnos un par de fotos, nuestros ojos se encontraron finalmente allí por la avenida Cabildo. ¿Expectativas? ¿Con una persona de novia hace unos cuantos años? Ninguna.

Me iba a acompañar a comprar unos libros y terminamos tomando un helado por ahí. Cuando la ví, me parecíó una chica muy linda, esa onda medio rockera y esos Raybans captaban mucho mi atención. La idea de Led Zeppelin y sexo desenfrenado era una fantasía que me perseguía hace ya largos años.

La verborragia era inminente. Hablabamos hasta por los codos, de esto y de aquello. De música y arte. De sexo y de drogas. Ella tenía novio y eso me mantenia algo tranquilo. Me limité a verla como la amiga perfecta, con la que podría llegar a compartir una y un millon de situaciones.

Lo que jamás me imaginé, era que a lo largo de las semanas siguientes a conocerla, pudiesen pasar tantas cosas y todo llegase a cambiar tan drásticamente. Despues de todo, a mi ya me alcanzaba con su amistad...

... pero como me calentaban esos tatuajes.


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miércoles, 17 de diciembre de 2008

Baile de máscaras.

Me pregunto cuantos son aquellos y aquellas que entran acá porque la palabra "sexo" en el titulo del blog les despertó esa sincera naturaleza animal. Y cuántos son aquellos que fruncen el seño y miran con desprecio al ver la palabra pija, verga, concha ó leche en sus monitores. Como si jamás hubiesen visto el sexo de su amante latiendo por más, como si jamás se hubieran masturbado en un momento de calentura, como si jamás hubieran dicho "cogeme". Acá el ego y el orgullo son frágiles como el más fino cristal, la transparencia reina ante los ojos de los que saben desnudarse ante la pura y mágica verdad. Adicto a la sinceridad, adicto a quedar expuesto, eso es lo que soy.


"El hombre a quien quiere matar nunca es fulano o mengano; seguramente es sólo un disfraz. Cuando odiamos a un hombre, odiamos en su imagen algo que se encuentra en nosotros mismos. Lo que no está dentro de nosotros mismos no nos inquieta.

-Las cosas que vemos -dijo Pistorius con voz apagada- son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos vive tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Sinclair, el camino de la mayoría es fácil, el nuestro difícil. Caminemos."


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viernes, 12 de diciembre de 2008

Sobre riendas y monturas.

Pero lo mejor de todo el asunto es cuando entre gritos y gemidos, la quitás de encima tuyo y le decis que ahora te toca a vos. Le terminás de sacar lo poco de ropa que le queda y la ponés en cuatro. Te acomodás detrás de su plena figura y suavemente se la vas metiendo. Ella agarrando con fuerzas las sábanas, te mira medio de reojo, se muerde el labio y cierra bien fuerte los ojos. Empezás a cogertela en esa posición que tanto te calienta; la curvatura de toda su espalda desnuda y tus manos en su culo son el volante que te llevan de viaje por el placer de controlarlo todo. Manejás el ritmo desde su cadera a través de todo su cuerpo. Ella se desliza hasta poner su cara en la almohada la cual muerde con fuerza. La escuchás gemir, le gusta no poder hacer nada ante tus arremetidas. Y la cogés más fuerte, más rapido; y no hay almohada que sofoque los gritos de lujuria y placer que la muy puta exhala. Apenas se levanta para pedirte que no pares de meterla y que la vas a hacer acabar otra vez. Su espalda se recuesta sobre tu pecho y recorrés con tu lengua toda su nuca y espalda. La mordés, la chupas, ella no deja de gemir. Intensificás el ritmo aún más pero ella se termina por dar cuenta. Se hace a un lado y te deja arrodillado con la pija toda mojada e hinchada. Sin vacilar un segundo y sin mayores preambulos, se mete tu verga toda en la boca agarrandote los huevos con firmeza y vos tras unos pocos segundos llenas toda su boca con tu leche. Después de todo, vos solo querías seguir durmiendo.


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domingo, 30 de noviembre de 2008

Antes del amanecer.

A pesar de estar viviendo mi vida de una manera tan plena ultimamente, sin encontrar cosas que realmente me hagan mal o me pongan triste y que todo me parezca tan perfecto y hermoso; nunca creí llegar a vivir un momento semejante. Con un nivel de conciencia, plenitud y felicidad tan alto, la situación era simplemente perfecta.

Todo comenzó el sábado por la noche, con la caida del sol. Es increible como en el medio del campo, alejado de la ciudad, toda la naturaleza parece estar en perfecta armonía con el todo, sin edificios ni incontables luces, sino las estrellas y los arboles formando cuadros de sútiles y suaves pinceladas.

La noche se desarrolló como amerita una situacion semejante: amigos, música, charlas, la brisa tibia de fines de noviembre y la naturaleza como mejor compañera. Pero insisto.. ninguna de esas cosas solas fue semejante a la mezcla que en esa mañana se filtró ante mis ojos y mi cuerpo.

Las estrellas más brillantes que nunca, comenzaban a dar lugar a esa claridad en el cielo. Se dice que las estrellas llegan a su mayor punto de brillo, unos momentos justo antes del amanecer.

Eramos ella y yo, tirados en el medio de la nada, acostados entre pastisales bien altos. La imagen era como esas clásicas peliculas de amor, en donde la pareja está en un descampado, acostados uno encima del otro, besándose y rodando por todo el pasto, sin una verdadera concepción del tiempo y espacio. Ella sobre mí, sus labios recorriendo todo mi cuerpo, movía sus caderas sobre las mias con tanta intensidad y al rato era yo quien apoyaba con fuerza mi sexo sobre el suyo. Los minutos pasaban y nosotros rodando y rodando. La bola amarilla se daba a conocer un poco más segundo a segundo.

Con el nacimiento diario del dios sol ante nuestros ojos, y nuestros cuerpos a altas temperaturas fue que yacíamos ahí. No dejabamos de besarnos, de tocarnos, de frotar nuestros sexos. Ella me gemía al oido y eso me ponia a mil. No podía dejar de ver toda la naturaleza a través de sus ojos. Ella me pedía más y más, me susurraba que estaba muy caliente. Me tocaba la pija y se mordía el labio al sentirla tan dura.

Pero la plenitud de la situación no venía de la mano del deseo de sexo descontrolado al descampado a los ojos del amanecer, después de todo... ni forros teniamos...

...sino de esa desconexión sideral de la vida rutinaria tal como la conocemos.



Y para que vean que no exagero..



Fotografía sacada por: asiqueestoeselsexo.



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jueves, 13 de noviembre de 2008

Dos son compañía, tres son una orgía.

Sábado por la tarde, ciudad en llamas, telefono:

Hola nene, ¿En qué andás? Yo estoy acá en casa con M. ¿Querés venirte?

Era L. Una de esas niñas pequeñas con mucha sed de sexo sin compromiso. Muy linda, de muchas tetas y rubia cabellera.

Nos habiamos conocido unos meses atrás. Era verano y no teníamos muchas cosas para hacer más que coger, escuchar musica, comer y coger de nuevo, claro está.

Las chicas muy acaloradas y con vestimenta tipica de verano me dan la bienvenida: Shorcito de jean y pollerita bien corta. Tragos van, tragos vienen, la temperatura baja por un lado, sube por el otro y todo se siente en el aire.

M. tiene la misma edad que L. pero unos cuantos kilometros mas de experiencia recorrida, y se le nota. Pelo cortito y muy oscuro, ojos marrones. Es hermosa y me mira con esa mirada de pendeja viciosa y muy puta.

Ponemos un poco de música y nos relajamos en el sillon gigante del living. Comenzamos a charlar, a ponernos cómodos y mientras una cosa lleva a la otra nos vamos encimando.

Todo empezó a tener más sentido cuando empezaron a besarse. Lo hacían con pasión y lujuria; desde mi perspectiva podía ver como sus lenguas se entrelazaban, como sus labios se fusionaban.
Mientras las miraba y me calentaba, M. pone su mano sobre mi pija. Estaba muy dura y ella claramente lo notó.

Dejaron de besarse y me miraron, la cara me delataba, moría de excitación. Comenzaron por sacarme la musculosa, y yo sus remeras. Nuestras lenguas comenzaron a recorrer los cuerpos, desde la nuca, las bocas... bajando por nuestros torsos hasta llegar a nuestras entrepiernas. M. se quitaba su short, quedandose solamente con ese hilo que cubría su sexo mientras yo le sacaba la bombacha a L., dejándole esa pollerita corta que tanto me calentaba. Se la levanté y la puse en cuatro, con la cara en el respaldo del sillón. Me arrodille en el piso y mi cara se encontró con su concha toda mojada, empecé a chuparla, a cogerla con la lengua. Ella gritaba mucho, mordía el sillón. M. nos miraba y se pajeaba ya toda desnuda.

La temperatura del ambiente empezaba a rondar su punto de ebullición. M. estirada en el sillón con las piernas abiertas empezaba a demandar un poco de atención. Nos acercamos y L. comenzó a chuparle la concha, a esta altura toda hinchada mientras yo me paraba a su lado, a que M. me la chupara. ¡Y que bien lo hacía! Alternaba entre mi verga toda dura y mis huevos. Chupaba fuerte y rápido, la situación era perfecta. Ella no paraba de gritar y gemir por el sexo oral que le estaban dando, ni tampoco paraba de meterse mi verga en la boca y llenarsela de mis flujos y su saliva.

La situación era ideal, pero se volvió soñada cuando L decidió que quería tener algo contundente en su boca. Asi que ambas comenzaron a chuparmela, mientras sus dedos se llenaban de los flujos de su compañera. Estar sentado en el sillón comodamente, viendo como dos niñas me hacían gozar como pocas veces en mi vida, definitivamente no era lo que tenía pensado para ese sábado.

-Pongansé en cuatro pendejas.- les dije.

Y las dos bien sumisas dejaron de chupar y se subieron al sillon. Calladitas abrieron las piernas para que me las coja. Empecé por L., que tenia ese culito hermoso apuntandome. Se la meti de una, sin preambulos. Un grito largo y placentero salió de su boca, pero M. supo callarla besandola y apretándole las tetas, asi que todo quedaba en silencio. Solo podía oirse mi cuerpo rebotando contra el de ella y la agitada respiración de los tres.

-¿Y a mí no me cogés?. Suplicó M.

-A vos te espera lo mejor, pendeja puta- Repliqué

Y tomándola por las caderas, apoyé mi pija toda mojada en la puerta de su culo. Su respiración se hizo mucho más agitada, sus piernas se separaron un poco más y mi pene entró muy suavemente por su culo todo abierto y expectante. L. se sentó en el respaldo del sillón, y le dijo a M. que era su turno para chuparle todos sus jugos. Asi que acomodó sus piernas de tal manera que su amiga tenga una comoda posición para hacer su trabajo. Nos mantuvimos en esa posición por un rato, nadie parecía quejarse, hasta que M. apretó lo que tenía al alcance de su mano y pidió que la coja más fuerte. No sabía lo que le esperaba...

Así fue. No emitío ni un sonido, escupió la concha que tenía enfrente y siguió chupando cada vez más y más rapido. L. no podía parar de gritar, se tocaba mientras le pasaban la lengua por su húmeda vagina.

Comencé a alternar entre ese culo perfecto que tenía adelante, y esa concha hinchada que pedía que no la dejen de lado. La agarré a M. del pelo, puse su espalda contra mi pecho y por unos segundos, entré en un frenesí de lujuría sin control. No podía sentir otra cosa que no sea placer en extremo. Le pregunté a M. si le gustaría que le acabe todo el culo, pero sin responder se bajó del sillón, se arrodillo en el piso y junto con L. comenzaron una vez mas a chupar; una los huevos, otra la pija.

Acabé y toda mi leche quedó en sus caras. Caí rendido en un sillón con las fuerzas necesarias apenas para comenzar a vestirme.

¿Ellas? No lo sé la verdad, mientras cerraba la puerta de calle, lo único que pude escuchar fue a L. diciendo "¿Tenes idea que estará haciendo Pablo a esta hora?"

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viernes, 7 de noviembre de 2008

Mirame y no me toques.

¿Alguna vio la película "A Lot Like Love"?

Bueno, Estoy harto de esos momentos en donde me enamoro por un ratito en el colectivo, en el supermercado, en la mitad de la avenida, y todo queda ahí. (A diferencia de la pelicula, en donde todo termina con Ashton Kutchner enamorándose y teniendo sexo desenfrenado en el baño del avión con una completa extraña) Siento que no gano absolutamente nada quedandome sin hacer nada. En cambio, si hago algo al respecto, puede ser muy redituable para mi vida. (Ojo, estamos hablando siempre de cuando es algo mutuo)

Claro, cómo dice miss sinceridad : "Una mirada masculina sostenida más de 3 segundos es deseo. Una femenina, envidia." ¿Sabes qué? No te la creo.

Llego a la parada del colectivo y la rubiecita de buenas tetas y ojitos delineados me hecha un ojo de arriba a abajo, se lo devuelvo, listo quedamos asi. Sigo esperando el bondi, la miro y me está mirando de nuevo, barbaro. Pero esta vez cagaste porque no te voy a bajar la mirada de vuelta...

Y si, a mi me cabía la petisa, así que la seguí mirando y ella muy simpática no parecía molestarle devolverme todos los ojos. Y así un rato. Yo con la esperanza de que se suba al mismo bondi que yo, y ella (a mi criterio) esperando que yo haga algo. Asi que seguí ahi, sin hacer nada. Cuando se subió a otro que no era el mio, terminó toda la historia, me mira por ultima vez, la miro, le sonrio y se va.

¿Empezarle a hablar de la nada? ¿ "Hola ¿Cómo te llamás? ¿Qué hacés de tu vida? Que cosa loca como nos miramos ¿No?" ? No, demasiado careta. No soy de esos que se te van a poner a hablar en la mitad del bondi para ver si te puede sacar algún dato.

Tendria que ir y anotarle en la mano o un papel mi celular o mi mail y así me ahorro el garrón de si la mina me miraba simplemente porque me paresco a su ex-novio que la dejó por otra. Y si la mina me miraba por curiosidad como dice la señorita Sinceridad, listo.. no me llama, no me manda mails y todos seguimos con nuestras vidas.

Ahora... si la mina me quería coger ahí en el poste del colectivo, calculo que por lo menos un mail me mandará. ¿No?

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lunes, 3 de noviembre de 2008

Interrumpimos esta transmisión..

..para advertir: nunca mezclar Mars Volta en vivo con sexo y psicodelia en exceso. Podrías terminar de cama, muy afiebrado y sin voz.

Fin de semana extremo.

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lunes, 27 de octubre de 2008

Desayuno para dos.

Dormir acompañado en esas noches de verano donde todo esta pegoteado y repleto de humedad, suele ser una tarea muy complicada, sobre todo cuando la velada explotó en piel y mucha fusión de cuerpos. Por lo que la solución de antaño para aquellos que no gozan de la tecnología moderna no es ni más ni menos que dormir destapados y como dios nos trajo al mundo.

Los rayos del amanecer se filtraban por nuestra ventana y el día comenzaba a irrumpir con nuestra intimidad. Desnudo había caido en el sueño esa noche, y desnudo amanecí esa mañana de febrero. La sorpresa del asunto no era haberme percatado de que ella se habia despertado antes que yo, (cosa que dificilmente ocurre) sino abrir mis ojos y ver como ella, tendida de costado y mirandome con esos hermosos ojos, bien acaramelados y brillosos que tiene, se estaba masturbando con mi dormida desnudez.

—Buen día bebé mío —dijo mientras disminuia el acelerado ritmo que llevaba introduciendo sus dedos entre sus hinchados labios.

No respondí, estaba aún muy dormido y me costaba entender un poco la situación aún. Solo atiné a quedarme ahí, observándola, disfrutando de su goce, mirando todos los detalles de la escena. Su entrepierna estaba muy húmeda y sus dedos se veían muy mojados a medida que entraban y salían.

—Disculpame mi amor... es que no pude resistirme, me desperté y te ví ahí durmiendo, tan apaciguable, tan inocente, tan desnudo.. espero no te moleste...

No podía responder, no podía dejar de ver como ella no dejaba de tocarse, de meterse los dedos, de frotarse. Su cara iba transformándose a medida que su mano aceleraba el ritmo. Y sín darme cuenta, me encontraba a su lado, totalmente exitado y perdido en su cuerpo. Muy poco fue el tiempo que pasó hasta que ella se percate de eso; mi verga, hasta hace dos minutos completamente dormida, ya era un corazón latiendo, palpitando, creciendo.

—Por favor no pares —fue lo primero que me salió decir.

—No te preocupes, eso no va a pasar.

Y empecé a tocarme muy suavemente mientras ella no podía dejar de tocarse frenéticamente; y más aún que yo comenzaba con esos movimientos que tanto la hacían explotar.

Me acerqué más a ella y tomé su mano, sin dejar de pajearme. Ella me mira fijo a los ojos, cómo intentando adivinar mis intenciones.

—Siempre me fascinaron tus manos, ¿Te lo dije alguna vez? —le dije.

Y hundí sus dedos en la profundidad de mi boca. Mi lengua jugaba con la puntita de cada uno de ellos. Me encantaba sentir todos sus jugos en mi boca, saborearlos. Los chupaba con muchas ganas mientras la miraba a los ojos. Ella se derretía viéndome disfrutar de todo sus flujos en mi boca, la hacía erupcionar por dentro.

Le quité la mano de mi boca, y la puse justo donde la quería, agarrandome firmemente mi verga que estaba lista para disfrutar de su indudable habilidad.

Comenzó a tocarme mientras apreciabamos nuestros cuerpos mojados, mientras nuestras miradas se encontraban a mitad de camino Ella se mordía el labio mientras me tocaba cada vez más fuerte, mas rápido. Lo hacía muy bien y lograba que me retuerza. A ella le encantaba ver como yo temblaba, como los ojos se me ponian blancos y se me iban para atrás de placer. Pero ella muy bien sabía lo que me hacía explotar..

Me empujó para que me acueste; muy cuidadosamente se colocó con su carita en mi pija, me ofreció las puertas del paraiso y puso su fruto prohibido en mi boca. Esa posición me hacía flotar. Podía sentir como su lengua bañaba mi miembro con toda su saliva mientras yo hacía lo propio en su sexo empapado. Le metía la puntita de la lengua, mientras mis labios jugaban con su clitoris. Me encantaba hacerle el amor con la lengua, ella gritaba, gemía y aceleraba su propio ritmo. Yo estaba a punto de implosionar y ella lo sabía. Se dió vuelta y quedó enfrente mio, con mi entrepierna en su cara. Me miró; sabía lo que venia.

Acelerando el ritmo se la metía y se la sacaba de la boca, yo veia como mis flujos se desprendian de su boca y volvian a entrar, me calentaba demasiado eso.

—Vos me saboreaste a mi, ahora yo quiero saber que gusto tenés vos.

Un gemido salio de mi boca y mucha leche de mi pija. Toda en su boca, hasta la última gota de amor. Se levanta y me mira con esa cara de inocencia perdida que tanto se apodera de mi. Mi cuerpo seguía en su boca, y eso me seguía teniendo al palo. Se sube en mi cuerpo y pone su boca súbitamente pegada a la mía.

Me besa.
Su boca, su lengua, la mia.
Lo compartimos todo

Pero eso si. La que traga es ella.




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martes, 21 de octubre de 2008

Con que... ¿Sexo eh...? A ver...

Ella entró como si nada, como si no fuese la primera vez que pisa mi casa, como si no fuese la primera la segunda o tal vez la tercera vez que nos vemos. Lo que era seguro, ella sabía muy bien lo que iba a pasar; pero yo en mi virgen ingenuidad, en mi virgen habitación, en mi virgen vida, con mi virgen sexo, no.

Que la comodidad, que la temperatura, que la musica… nada de eso parecía importarle a ella, que en dos o tres cuadros ya me estaba dejando totalmente sin ropa, desnudo, sobre mi propia cama. El siguiente cuadro la llevaría a ella a la desnudez, y el proximo y último, a la fúsion de nuestros cuerpos.

El resto de la pelicula fue lo inminente: humedad, olores, fuego, mucho fuego…. pero también cuestionamientos internos. Se montó en mi, se movia muy bien, me cogía muy bien. Todo me parecía bien, después de todo, no había punto de referencía. Me preguntaba a mi mismo a medida que ella se movía en circulos, de arriba abajo sobre....a estas alturas, mi durisima y humeda pija, si esto era todo, si esta era la razón por la que tantas personas peleaban, discutian, gritaban, gemían…

…mis pensamientos fueron interrumpidos por un firme "Andá arriba, cogeme toda, quiero sentirte bien adentro.." Ella sabía lo que hacía, pero a diferencia, yo no. Timidamente y con la esperanza de dar un digno placer a mi acompañante, me acomodé en la entrada de sus abiertas y sugestivas piernas que como nunca antes me invitaban a pasar y ponerme cómodo. Le pasé los dedos, tanteando un poco el terreno, y al encontrarme con mis manos empapadas de un mágico elixir transparente, no lo pensé dos veces.

La penetré como quien por primera vez huele una flor: con cuidado, suavemente.. con incertidumbre de como iba a ser ese sabor. Se sentía increible, su concha, sus labios estaban muy inchados y podía sentir como todos sus flujos bañaban mi pija virgen pero muy dura, expeditiva. Me recosté sobre ella poniendole mi boca sobre la suya y comenzé a besarla. Al principio muy tranquilo, calmado. Mi lengua humeda jugaba con su boca en busca de algo. Ese algo llegó cuando ella intercambió mis tiernos labios, por su lengua exploradora que tanto me encantaba. Me empezó a chupar el cuello, lo recorria con experiencia y firmeza: subió hasta mi oreja y sin preámbulos descubrío mi punto débil. Lo aprovechó y comenzó a pasar toda su lengua por mi oreja.. me hacía escuchar como su saliva se incrustaba en mi piel, me susurraba obsenidades. Me tenía donde quería. Pero todo pasó a otro plano cuando bajó sus manos hasta mi culo, el cual presionó desde allí, todo mi cuerpo sobre el de ella. Definitivamente sabía lo que hacía.

Me sumergí en un mar de suaves texturas, confortables temperaturas y agitados movimientos. Intentaba muy nervioso no apurarme. Disfrutarlo, pero cautelosamente. (Acabar tan pronto podría ser una experiencia muy traumática a estas alturas). La solución y desenlace de mis previos pensamientos, tuvieron una respuesta inmediata. Ver como mi pareja se retorcía de placer, como sus ojos acaramelados se tornaban blancos y se daban vuelta, me generaba mi propio placer; me hacía explotar por dentro, algo que jamás había sentido en mi vida, me fascinaba. La burbuja reventó cuando me dijo entre gemidos y agitadas respiraciones "Como me gusta que me cojas así, no pares, cogeme más fuerte, más...". Me sentí pleno, cegado. Quería más y más. Más de todo. Aceleré el paso, sus liquidos fluian por todos lados, podía sentirlos en la humedad de nuestras entrepiernas. La cogí más fuerte, más rapido, la chupaba más, sus tetas, su cuello, su cara. Ella gritaba, me gemía en el oido. Empapados en nuestro olor, en nuestros cuerpos, en nuestros sexos...ella me estaba desvirgando. La miraba más, la tocaba más, la sentía más. Más de todo. Todo extremo, al límite, bien como me gusta la vida. En ese momento le estaba entregando todas mis energías, toda mi intimidad, todo mi cuerpo, toda mi verga, toda mi leche...

No me pregunté si ella había acabado o no, si lo había disfrutado; yo estaba sin aire y decidí que lo mejor sería recostarme a recuperarlo. En silencio ella hizo lo propio y se recostó sobre mi pecho, le gustaba sentir mi respiración agitada. Mis pensamientos comenzaron a fluir en la tranquilidad de mi cama; pero fueron interrumpidos una vez más.... "hagamoslo de nuevo, me encanta como me coges" Y otra vez la tenía a ella montada sobre mi... cogiendome muy bien...

.. lo que ella no sabía era que me había dado de probar una droga muy dulce y adictiva....y con lo poco que yo me cuido de este tipo de drogas....



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